lunes, 1 de enero de 2007

2007 y contando

Otro año más para el baul de los recuerdos como decía era canción. Otra nochevieja normalita, con sus celebraciones más o menos absurdas, masivas y comerciales al fin y al cabo, ya que lo cierto es que los años pasan todos los días igual y no especialmente los 31 de diciembre, ni las nocheviejas sean en la fecha que sean. De modo que lo que está efeméride tiene de especial es que decimos que se acaba el año y celebramos el siguente antes de que empiece. En tal caso casi se podría celebrar cada fin de mes. De todas formas dicen por ahí que se envían 100 millones de sms en la primera hora del año entre los cuarenta y tantos millones de españoles, los cuales, no todos tienen móvil. O sea que a cada persona le llegan tal vez 4 sms, o más porque a mi hoy no me ha llegado ninguno, mi tampoco he enviado. Menudo dineral derrochado sólo en sms, porque está bien los homenajes gastronómicos que en estas fechas también son tradición, aunque no deberían ser tan marcados porque ya se sabe como se ponen los precios del marisco. Al menos los sms no suben, pero tardan más en llegar o no llegan, que es lo que le ha pasado a mucha gente. Eso sería tema de otra discusión sobre la capacidad de las empresas en situaciones señaladas y extremas, ya que para bajar los precios lo que se hace es buscar como ahorrar en costes. Pero la gente no para de abusar del consumo, hasta el punto de convertirse en una adicción patológica según estudios, que luego en enero nos causan una sensación de culpabilidad. La compulsión por las compras nos ponen a la altura de un niño de 7 años a la hora de calcular algo de números o de planear la economía. En fin una absurdez que se repite anualmente que en definitiva también mantiene la economía de tiendas, comercios y tiendas de regalos.

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