jueves, 12 de abril de 2007

Atención, en sus puestos ...


Todo la vida política se está tensando como una cuerda, se está dilatando, se están marcando posiciones y dejando cabos seguros, al mismo tiempo que se intentan soltar otros. Es obvio, estamos ya en época de elecciones, la batalla empieza.

Casi llegaría a decir que incluso la vida del ciudadano corriente cambia mucho debido a esto. Los electores nos encontramos como cuando un cliente entra en un centro comercial:


  • la música incita a la tranquilidad y el consumismo
  • los productos gancho están en los escaparates
  • los de primera necesidad no están tan bien colocados pero al final se encuentran
  • limpieza por todas partes
  • amabilidad sospechosa
  • y un largo etc
Esta comparación tal vez sea un poco extrema, pero así es más gráfico, y es que al fin y al cabo, las campañas electorales tienen mucho de marketing. Además, seguro que en todos los pueblos se está dando ya, o se dará dentro de poco, el mes negro. Ese mes en el que todos los baches y agujeros de la calles son rellenados de alquitrán, calles enteras se asfaltan y parece que el alquitrán se reproduce sólo. Las farolas además suelen acompañar, y crecen como flores, con bombillas nuevas donde no las hubiera. Se recoge la basura de las calles en las que suele haber más de lo que debiera. E incluso, y según los municipios, la policia local está más amable de lo normal, aunque sé de sitios en que ocurre lo contrario.




Cuando el mes negro acabe, el escenario estará preparado, y tendremos a nuestra vista un presunto pueblo inpoluto y más limpio que una patena. El oportunismo apremia, y es urgente apresurar el gasto de las arcas del ayuntamiento para estos menesteres, tal vez sean los últimos euros que el actual gestor pueda gastar.

No sé lo que les pueda parecer esto a los lectores de este blog (que somos pocos) pero a mí desde luego me parece un absoluto despilfarro sin sentido, sea quien sea que gestor. Además, ese despilfarro se incrementa en proporción a las bajas expectativas de reelección. Y desde luego eso hace que todavía sea más vergonzoso.

Desde aquí invito a todos quienes noten esta situación, a que la hagais notar, y a no caer en la complicidad que sería el no hacerlo, pues los adornos de última hora, que no se han ejecutado en toda una legislatura, de ninguna forma están justificados.

Sería incluso curioso el ver que cosas se hacen en cada pueblo a última hora.




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