miércoles, 14 de febrero de 2007

Ansias de poder

A pesar del bien común, no se deja de comprobar y palpar día a día, que el hombre como ser vivo, como animal semi-racional, necesita alicientes añadidos para llegar más allá. La meta utópica de cada ser, más o menos remanente entre las aparentes muestras de conformismo, es algo más ambiciosa.
El poder no es propiamente una enfermedad, pero puede llegar a producir ceguera severa.
El ansia de poder no es contagioso, ya nacemos cada uno con nuestra aportación, pero puede llegar a producir discriminación por conflictos de intereses. Tampoco es perjudicial si no es en exceso, pero sobre todo puede llegar a ser muy repelente.

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